La Confederación Helvética es una democracia directa, en la que los ciudadanos pueden proponer nuevas leyes y rechazar o modificar las vigentes. Está compuesta por 26 cantones y gobernada por el Consejo Federal, conformado por siete miembros que provienen de los cuatro partidos políticos más votados. El presidente es elegido por un mandato de un año, mediante alternancia de partidos y por orden de antigüedad.
La economía del país es resiliente, su PIB per cápita es el quinto más alto globalmente. Su deuda pública es inferior al 45 % del PIB y la tasa de desempleo se sitúa debajo del 5 %.
Además, Suiza es el segundo país más competitivo del mundo, según el ranking publicado por el Foro Económico Mundial.
Las actividades económicas más importantes son la industria química y farmacéutica, los servicios financieros y el turismo.
Suiza también sobresale en el ámbito de la absorción de nuevas tecnologías y en la disposición tecnológica de sus ciudadanos y empresas. Dado que el mundo está pasando de la era del capitalismo a la del talentismo, el capital humano está tomando más importancia que el capital y, en consecuencia, los países que se preparan para la cuarta revolución industrial y al mismo tiempo fortalecen su sistema político, económico y social son los ganadores en la carrera competitiva, la Confederación pareciera estar bien preparada, ya que también se clasifica como país líder cuando se trata de competir por el talento en un mercado global.
Todo lo anterior, aunado a una estrecha interconexión con los mercados extranjeros, un sistema educativo y de salud de primera categoría, una infraestructura excelente, así como un sistema tributario competitivo, un entorno empresarial sofisticado e innovador convierten al país alpino en una gran potencia competitiva.
